domingo, 10 de febrero de 2013

Bonos

¿Qué son los bonos? 
Los bonos y obligaciones son productos de inversión consistentes en la compra de deuda, ya sea pública o privada, con el fin de obtener rentabilidad. Los emisores de este tipo de deuda pueden ser organismos de todo tipo. Los hay públicos, como los propios Estados, que emiten deuda en forma de letras del Tesoro, bonos y obligaciones en función del plazo, pero también los hay privados, como la deuda bancaria, que son los bonos que emiten las entidades financieras. 

No hay que confundir este tipo de productos con los depósitos, ya que se trata de inversiones de mayor riesgo garantizadas sólo por el organismo emisor y con una liquidez sometida al mercado secundario. Esto quiere decir que, en caso de quiebra, el Fondo de Garantía de Depósitos no cubre los bonos, y que si queremos recuperar la inversión antes de acabar el plazo pactado los tendremos que vender en el mercado secundario, con la posible pérdida de capital que eso implica. 

Tipos de bonos 
Podemos dividir los bonos y obligaciones en función de varios criterios. 

Si hablamos de deuda pública del Estado (la más común), podemos encontrar el mismo tipo de producto (bonos/obligaciones), pero que toma nombres distintos en función del plazo: 
  • Letras del Tesoro. Es la deuda de menor plazo, entre 3 y 18 meses 
  • Bonos del Estado. Tiene un plazo medio, entre 2 y 5 años 
  • Obligaciones del Estado. Es la deuda pública de más largo plazo, entre 10 y 30 años 
Entre la deuda pública se puede encontrar todo tipo de bonos, como los llamados “bonos patrióticos”, que son deuda de las comunidades autónomas colocada entre emisores particulares, o bonos de organismos públicos como el FROB. 

En cuanto a la deuda privada, la más común es la deuda bancaria, es decir, bonos y obligaciones que emiten las entidades financieras con el fin de captar liquidez a cambio de ofrecer una rentabilidad durante un plazo determinado. 

Podemos hablar de distintos tipos de bonos en función de su calidad, es decir, de su posición en el orden de prelación. Estos son los más comunes que podemos encontrar: 
  • Bonos Senior. Es deuda de alta calidad. Para hacernos una idea, en caso de quiebra se pagaría antes que las obligaciones subordinadas o las preferentes, pero después de los depósitos y pagarés  
  • Obligaciones subordinadas. Es deuda de menos calidad. En caso de quiebra se pagaría antes de las participaciones preferentes o las acciones, pero después de los bonos senior 
  • Las participaciones preferentes, cuotas participativas y demás merecen una mención aparte por su riesgo y su condición de perpetuidad. 

¿Invertir en bonos?
A la hora de plantearnos si queremos invertir en bonos debemos de conocer perfectamente el producto (si no es así, es más recomendable invertir en Depósitos). 

Por otra parte hay que tener en cuenta la disponibilidad del dinero: los bonos y pagarés tienen una liquidez muy baja, ya que para recuperar la inversión tienen que venderse en un mercado secundario y es posible perder capital. (si no tenemos claro si vamos a necesitar el dinero antes del vencimiento del bono).

Por último hay que tener en cuenta nuestro perfil de inversor y hay que fijarse principalmente en una cosa: nuestra tolerancia al riesgo. Si creemos que somos capaces de arriesgar parte o la totalidad de nuestro capital para obtener una mayor rentabilidad, podemos optar por los bonos (siempre que haya ofertas interesantes). De lo contrario, una vez más, se recomineda de nuevo invertir en depósitos.

Tributación de los bonos
El importe de los intereses percibidos -cupón- tiene la consideración de rendimiento de capital mobiliario del ejercicio en que se perciben. Sobre este rendimiento se aplica retención a cuenta del IRPF (21% en España). 

Gastos asociados
Muchas veces nos guiamos únicamente por la rentabilidad de los bonos, pero debemos de tener en cuenta los gastos asociados:
  • Comisión por compra/venta
  • Comisión de custodia
  • Comisión cobro cupón

Es recomendable fijarnos en la T.I.R de la inversión incluyendo los gastos asociados a la inversión. Una cosa es el interés nominal del bono y otra la T.I.R. que es la rentabilidad real.

Recomendación personal
Cuando tenemos una adversión al riesgo y preferimos evitar la renta variable, la inversión en bonos es una alternativa que puede llegar a ser recomendable, sobre todo tras la reducción de la rentabilidad de los depósitos a plazo. Si a eso le añadimos que con el aumento de la prima de riesgo en España la rentabilidad de estos productos es más elevada (pero con más riesgo también) este producto se configura en una buena alternativa de inversión.

Hay que tener en cuenta que a priori sólo tenemos en garantizada la rentabilidad si mantenemos la inversión hasta su vencimiento. Si lo tratamos de vender en el mercado secundario antes de su fecha de vencimiento podemos perder parte de lo invertido. 

Por tanto, sólo recomiendo este producto si:
  • Conocemos este producto, sobre todo si pensamos en deuda privada (particularmente recomiendo deuda pública, preferentemente estatal)
  • No vamos a necesitar el dinero antes del vencimiento
  • No tenemos que se puedan producir quitas (Ojo a esta noticia)
  • Tenemos controlados los costes asociados a este producto. Gran parte de la rentabilidad se ve reducida por los gastos de comisiones del intermediario (normalmente una entidad financiera). Recomiendo la inversión con cuentas directas.

Para más información recomiendo repasar la web del Tesoro Público.

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